Y después de tantos días
uno aprende a vivir con la tristeza, tanto…
que ya no se intenta arrancar de raíz
y es por que uno aprende a vivir sin un amigo,
uno aprende a vivir sin sonreír.
Y es que por más fuerte que sea una amistad,
una mirada y dos palabras pueden hacerte tanto daño
que la dejen con pocas oportunidades de sobrevivir.
Y después de tres días ya no se hace tan difícil el llorar,
los sollozos fluyen más ágilmente
y como se siente ser feliz,
el corazón ya no puede recordar.
Es que hay veces en las que nada es lo que parece
y los sentimientos nunca se dijeron de verdad,
hay veces en las que uno piensa que es querido
y la verdad es dura de aceptar.
Hay amistades que nunca fueron ciertas,
existen amigos que nunca estuvieron de verdad
y solo existen los espectros de los mismos,
de aquellos que te traicionan y te dejan atrás.
viernes, 28 de septiembre de 2007
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