Tengo sentimientos de cristal.

Tu amor fue el rayo

y mi candor la arena,

me cegaste un instante

y me volví transparente.

Tengo emociones de fuego.

Tú eres la chispa en el viento,

yo la hoja que danza en tus suspiro.
Entras en mí, todo es colores.

Te vas, desaparezco… expiro.

Tengo sueños de árbol,

el tiempo fortalece mi tronco herido.

Pero las marcas de tu hermoso martirio

vivirán siempre en mi corteza,

serán el lecho de mi olvido.

Tengo dulces lágrimas saladas.

Tu adiós cambio el sabor de lo vivido.

se despertó el poeta, ya no esta dormido.

Y te lo debo a ti, mi rayo, chispa, viento y martirio.

Tu esencia se perdió en el valle de mi inconsciencia.

Tu luz me abrió los ojos al vacío,

y deje de ser arena, hoja y suspiro,

para ser poeta, cristal y olvido.

Poema curado

Las notas del piano ya no duelen

las corrientes de aire dejaron de darme frio.

Un rayo de sol me recordó tu sonrisa

pero las nubes del tiempo la borraron

con una nota baja de mi guitarra.

Se evaporo el recuerdo de tu voz

y labios ajenos limpiaron mi piel de tus caricias,

solo falta arrancarme el alma para estar limpia de ti

y de tu mirada verde viento, verde hoja, verde mar.

Me prometí dejar de anclar mis sueños en tus arenas movedizas.

Me llenaste de poemas enfermos que hoy me decidí curar.

Borrare mis sueños, mis desvelos, tus sonrisas

Empezare de nuevo aunque me cueste comenzar.

Por más que aún duela la escritura en tu nombre

desnudaré mis palabras y las echaré al viento.

Fue demasiado, no te perdono tanto tormento.

Adiós amor, ya no estoy triste,

nuestra historia loca nunca estuvo escrita.

Hoy desenredé mis versos y recuperé mi inspiración perdida

para irme lejos de ti, aunque pierda el alma en esta despedida.