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domingo, 28 de febrero de 2010

Eres…




Eres un compendio de todos aquellos sueños que aceleraron alguna vez mi corazón aletargado, eres sol y lluvia, formas mi arcoíris. Tu caminar oscuro es mi noche y tu sonrisa mis estrellas. Ahora tengo corazón de algodón de azúcar, es que el amor obnubila la conciencia y ahora solo soy nubes rosas y primaveras de pensamientos índigos como tus ojos con mirada transparente. Mi sangre se vuelve caramelo si me tocas, creo que moriré de diabetes si te sigo soñando. Pero como quisiera ser tu musa, reina, gloriosa princesa, ser la aristócrata de tu cariño y relegar al proletariado a aquellos funestos seres femeninos que siguen tus pasos.

Si tan solo tuvieras nombre, si tan solo existieras… ojala no fueras quimera y te volvieras realidad. Si tus manos de terciopelo acariciaran mis versos bajo la luna lóbrega de mi cuarto me volvería cielo para mirar desde arriba este amor tan especial. Ojala fueras de carne y hueso para poner mis manos en tus notas musicales y componer juntos una sinfonía nueva, infinita. Ojala no me hubiera despertado esta mañana, así habría vivido entre sombras taciturnas, entre velos blancos de poesía y entre tus alas de plumas blancas, a tu lado, fuera de este mundo, bailando juntos en el espacio sideral de mi inconsciencia.

Oretna…

Espero sentada con un café en mano al que haga brotar maripositas de amor en el hoyo negro de mi estomago. Espero dormida entre versos de otoño a esa voz que despierte a los tímpanos gélidos de mi corazón cantante. Pero creo que he llegado a quedar sorda de sentimientos por la falta de uso que les he brindado.

Yo creo aun en los cuentos de hadas y en los príncipes azules montados en combis Huanchaqueras. Pero ellos no creen en mí o será que mi mundo de ensueño se ha quedado en solo eso, ¿fantasía utópica que nunca se hará realidad?

Sonrío en la inconsciencia de sus crespos tornasolados y me pierdo en los cristales rotos de sus ojos oscuros. Sin embargo, el no me mira directamente. Y las mariposas se hayan disecadas en el techo oscuro de mis sueños muertos. Nunca llegaste a liberarlas y me quede sin utopías con las que fantasear.

Mi corazón late como colibrí cuando me tocas, pero si besas a alguien más yo solo muero. Creo que ya he muerto muchas veces este mes. y sigo muriendo cada vez que te veo llegar con ella, de su mano oscura, de sus cabellos lacios, tan diferente a mí, tan querida por ti.

y si fueran míos cada uno de tus cabellos, si en tus noches fuera yo tu acompañante celestial, sería más fácil olvidarse de la monotonía del mundo y volver real mi fantasía principal, dormir en tus brazos, respirando tu aliento, bebiéndome tus besos que de seguro saben a vino pintalengua.

Rimas de 3 semanas…

Fue un 23 de Febrero, llamó.
Fue un 23 de Febrero, entro a mi vida y me cambio el color del alma.
Fue un 23 de Febrero, podríamos haber cumplido un año de amistad.
Fue un 23 de Febrero, faltan 22 días y esta nublada mi calma.
Fue un 23 de Febrero, justo un mes después del inicio del Cáncer.
Fue un 23 de Febrero, un rayo de luz en la oscuridad.

Alumbro mi habitación un segundo y se desvaneció.
Fue un 23 de Febrero, un año ya y mi corazón no se ha recuperado.
Fue un 23 de Febrero, fue una Rapsodia de mi mente,
un Espíritu incandescente que despertó de mi Noche oscura
al Zelote de colores que tenia prisionera a mi Ornamento, mi verso, mi poesía.
Fue un 23 de Febrero, alma mía.

¿Llevarás en tu pecho nuestro escudo?
O lo habrás borrado así como yo borre nuestra historia.
¿Tendrás presente el amor que te prodigo,
O como yo, le pusiste punto final a la memoria?
Fue un 23 de Febrero, ahí inicio nuestra leyenda. (Oh perdón, mi patraña)
Repetitiva obsoleta, cargada de falacias y desdenes,
dolor, desamor, vestigios de corazón y artimañas,
me rompiste el alma, me vaciaste la fuente de las fantasías,
o tal vez fui yo al dejarme llevar por tu engaño.

Fue un 23 de Febrero, y no te culpo,
el castillo de aire se construyo en mi mente, me hice daño,
tu habías dicho que solo querías ser mi amigo
Así que faltan 3 semanas y te escribo un verso,
en honor al amor que jamás olvidaré.
Fuiste un 23 de Febrero, Fuiste…. y fue.

¿Qué?

¿Qué es querer?
¿Qué es amar?
Añorar un cielo azul lleno de estelas de luz lejana,
Soñar con el beso que despierte al poeta
de sus utópicas fantasías del amar.
¿Qué error cometí?
Como quien pierde una estrella
o será acaso que perdí el firmamento en esos ojos cafés…
Y si he sabido de amor fue por el
por la caricia fallecida en la bruma del viento
por el beso inerte que nunca consumo nuestro amor
y por el dolor por no poder terminar el cuento de hadas.
¿será cuestión del destino, o es un castigo por no saber que es querer?
Que alguien me explique en qué fallé
Porque se alejo de mi y se llevo mi verso,
Oculto mis sueños y me quemo el amor.
Y ahí termino nuestra historia, sin color, sin versos,
sin canción, con la promesa rota de un por siempre jamás.