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miércoles, 16 de septiembre de 2009

Eso que escribi antes de cumplir 19 años..

Que hermosa estuvo la luna hoy. Brillo con la mitad de su esplendor normal, pues no era luna llena y, aun así, la ame. Pensar que muchas cosas ya se arreglaron en mi vida, y estoy volviendo a la normalidad, todos han vuelto, y los que fueron parte de mi presente ahora son pasados. Aunque hay cosas que no vuelve, yo ya no he vuelto a escribir poesía, no he podido, mis versos se han perdido. Y con un sueño roto se evaporaron en el viento de mi letra y mi escritura.

Mi forma de ver el mundo ha cambiado, mi vida tiene un rumbo fijo y ya no estoy perdida… jamás he estado más centrada, y no lo deseo. Quiero volar por un cielo donde tal vez esté a punto de llover, quiero corretear entre mis sueños con la cometa del anhelo del amor, quiero tanto… quiero todo… todo lo que he perdido. Quiero ser frágil nuevamente, quiero creer en un sueño, quiero vivir en la manía eterna de amar con un desenfreno que se asemeje a un par de ojos oscuros que vean la luna y vean que es mucho más que una roca fría.

La luna, es la felicidad del solitario, solo brilla cuando esta frente al sol y puede sentir su calor en cada partícula de su ser. Así me siento yo, una roca inerte que ha perdido el sol de su sistema. Y no, mi sol no es un muchacho, es mi abuelita. ¿Cómo puedo brillar si mi universo está a punto de colapsar? Ya van a ser 3 meses desde que se fue, 3 meses desde que enterré un féretro de pino con la persona a la que amado más que a nadie en mi vida entera. Y desde que se fue, todo lo que escribo parece una carta, como si fuera a ella a quien quisiera contarle mi pensar, mi sentir, mi amar, mi llorar.

En menos de una semana va a ser mi cumpleaños, mi primer cumpleaños sin ella. Tendré 19 y aun no me que casado, pero mi madrina ya no está. Se fue antes de decirle que ya había encontrado a alguien, se fue y nunca le pude contar que ya había crecido tanto como para enamorarme en serio. Se fue y nunca hice una canción con ella, nunca escribimos un cuento juntas y ya nadie me podrá enseñar a tejer. Y no quiero que nadie me enseñe. Esa oportunidad murió con ella, con sus ojos marrones y sus manos tibias.

Y tengo ganas de despertarme un domingo e ir a misa y verla cantando en el coro de la iglesia del claretiano, salir al mall y comer Pardos’s Chicken Brasa y pedir choclo. Tengo muchas ganas de salir temprano de mi universidad para poder ir a visitarla e ir al cine y que me diga wachafa por comer cancha con kétchup. Y lo que más deseo, lo que haría que deje de llorar todas las noches desde que se fue, es que pueda soñar con ella, solo para poder verla sonreírme y sentir la calidez de su caricia que siempre llegaba en el momento perfecto.

Ya voy a tener 19 años, y nunca me había sentido tan frágil y tan fuerte, tan dolida y tan en paz, extrañándola tanto y sonriendo ante un recuerdo que no morirá jamás. Nunca olvidaré a mi Mami Chachi, ni con el paso del tiempo, ni con mi vejez, ella estará en cada paso que dé, en cada rumbo que tome, porque ella vive en mí, en mis manos, en mis actos y en mi corazón.


Claudia Carranza Berrios
01 de Septiembre 2009

1 comentario:

  1. Claudita si sigues asi pronto le ganarás a Gabriela Mistral!

    Un beso !

    Marce

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